El gran hacer de Iván Sáez, Rafael Lomas y Juan Antonio Herrero.
Y volvimos a Lágrimas Negras, el de verdad, el que hace que cuando pruebas ciertos bocados se ericen los vellos y se amplíen los sentidos.
Esta vez el círculo se cerró perfecto, armonía entre el servicio y el paso de las comandas.
Menú recomendado por un gran profesional, Don Rafael Lomas, regado por la recomendación del gran sumiller y también profesional Juan Antonio Herrero, y ello, en una armoniosa sintonía con las explicaciones de otro excelente conocedor de su trabajo, Guille.
Comenzamos con un snack de bienvenida de patatas con mojo, para pasar al aperitivo. que fue un gazpacho de cereza, con la balanza justa entre el dulce y el salado.
Como primer plato pudimos degustar una espectacular milhoja de foie, manzana y anguila (escuela Berasategui). La descripción que se puede hacer es simplemente eléctrica. La conjunción de los sabores es absolutamente soberbia.
Tras el emocionante comienzo, dimos paso a un arroz cremoso de marisco con carpaccio de rape marinado y mejillón de roca. El punto del arroz, sumado al gran sabor a marisco impregnado en el mismo, hace que te traslades a la misma orilla del mar.
Ventresca de atún con crema de marmitako, tomate y su tartar.
Difícil estar a la altura del atún de almadraba de Barbate, y demasiada cercanía entre la estancia en
El Campero, cuyo atún es una auténtica delicatessen, y esta comanda. Correcto.
Antes del postre, último plato del menú con una apuesta arriesgada: Pichón de Bresse asado con reducción de su jugo, setas y ravioli de la propia ave.
El coger el punto exacto al pichón es un poco complicado, pero el mismo estaba en su momento de servir, jugoso y blando, un plato con potencia de sabor.
Prepostre con toque de humor. Deliciosa la mezcla con la sopa: helado de espinacas "con mucho hierro", un juego de palabras y presentación muy divertido.
Cierre de acto antes de las petit fours y el café, ( en nuestro caso una mezcla deliciosa, que os invito a pedir, de varias mezclas de infusiones), postre con toque salado, mezclado con la acidez de la lima y el limón, el amargor de la sopa de cacao y el dulce del bizcocho.
Bizcocho de molases con helado de nata, confitura de limón en salmuera y sopa de cacao y lima.
Gracias a todo el equipo del chef Iván Sáez y a su misma persona.
A el staff de Lágrimas Negras por hacer que las estancias allí se vivan en una burbuja perfecta.
Por último, agradecer a Don Marino Elorza su preocupación y por ello, sus ganas de mejorar día a día.
Una denominación que va unida a ellos por naturaleza. The experience..
(En estos momentos Don Juan Antonio Herrero e Iván Sáez ya no forman parte del equipo de Lágrimas Negras).
Lágrimas negras
ACTUALIZACIÓN
Por desgracia, Lágrimas negras ha cerrado sus puertas,
