Oreja guisada

EL CAMPILLO 

EL BAR CON MAYUSCULAS REGENTADO POR MANU TORRES

Bar Campillo es uno de esos lugares que con las modas van desapareciendo, excepto honrados y conocidos casos.

Es curioso, a la vez que llamativo, que un chef de renombre, como Manuel Urbano Torres, haya elegido éste camino, totalmente contrario a la exigente y estresante vida de los menús degustación (aunque no por ello más tranquila). 

Lo mejor que puedes hacer con tu vocación y tu vida, es centrarla en algo que te llene, que te sientas a gusto y que además lo disfrutes, sin importar las horas, sin siquiera mirar el reloj por el minuto de salida.

Y nos encontramos con EL BAR, regentado por el ex de la conocida La Malaje (uno de esos curiosos casos, en el que los foodies, hablaban maravillas, pero jamás volvían. Claro, tenían que ir corriendo a la siguiente inauguración del sitio nuevo de moda) y exjefe de cocina de una leyenda como Sacha. Un cocinero, que ha ejecutado y servido elaboraciones, para grandes compañeros de profesión.

Mollete de pringá

Cuando cruzas las puertas de éste lugar, te sientes totalmente recogido, como si formases parte, hace tiempo, de ésta cantina.

El trato es cercano y amable, con la sonrisa de Manuel en todo momento, así como la buena atención de sus camareros.

Pollo en pepitoria

Es el lugar perfecto en el que debatir, charlar, reír, eso tan criticado en muchas ocasiones como "ir de cañas" o el tapeo madrileño (que tantos puestos de trabajo crea) y no precisamente porque los platos sean de la capital, sino por su cercana situación al Rastro de Madrid en el que es típica la visita y el posterior tapeo.

Ensaladilla Campillo

La mano de éste cocinero se hace notar en cada una de las elaboraciones que tiene en pizarra, como a la antigua usanza.

Desde unos callos, pasando por una pepitoria o un mollete de pringá.

Chicharrones

A todos los que amamos y nos dedicamos a la hostelería, nos gusta disfrutar un gran menú degustación, en el que podamos probar distintos sabores, distintas texturas, distintos matices. Pero también amamos los guisos, la tradición, al fin y al cabo, la raíz de la cocina, desde donde salen todas las creaciones, y sin duda ésta, es una de esas tascas en las que disfrutas toda esa esencia.

Sopa con huevo y jamón

Campillo Bar, se ha convertido un lugar esencial, en las salidas de tapeo, en el lugar que no cierra la cocina y te puede dar todo lo que proponen en la pizarra a cualquier hora.

La felicidad del cocinero se siente en los platos, y aquí, se plasma de una manera contundente.

Cocinero feliz, cliente feliz. Cliente feliz, cocinero feliz.

Al fin y al cabo, ese es el objetivo de cualquier persona que tiene por oficio guisar y aderezar los alimentos de manera profesional.

Albóndigas en salsa

Larga vida a EL BAR.

Larga vida a EL CAMPILLO